Al final la vida es un viaje, un paseo, un camino... a veces corro, otras camino, incluso a veces soy consciente de que peregrino y alguna que otra vez creo que ando simplemente porque voy poniendo un pie delante del otro...
Alguna que otra vez confio y me pongo en manos de otros que conducen, me conducen... entonces sólo tengo que disfrutar del paisaje... yo decido donde miro y lo que veo...
Se puede viajar con la mirada perdida en el horizonte, siguiendo con la mirada las líneas de la carretera o volando la imaginación por la ventana soñando qué habrá detrás de cada historia que se queda al borde del camino...
Si me giro y miró atrás, casi siempre me mareo porque necesito mirar al frente para tirar p´alante... Pero está el retrovisor... que me regala fugaces miradas para recordar lo que voy dejando atrás, lo que avanzo, lo que crezco...
A pesar de la velocidad... el tiempo puede congelarse un instante para recordarle a mi corazón algo que se ha grabado en mi corazón este verano:
"Peregrino: Detente! Cuanto más te paras más avanzas!"
Puede parecer que estoy muy reiterativa pero tengo la certeza de que la felicidad está en vivir despacio!
De Colores
No hay comentarios:
Publicar un comentario