viernes, 27 de marzo de 2009

Como un cura




Como un cura

Me gusta la sabiduría popular que se esconde en la sencillez del refranero español. Me reafirma en la defensa que la regla tiene incluso excepción que la confirma: “¡Vives como un cura!” Cada vez que la escucho pienso lo mismo: ¿Pero tú a cuántos curas conoces? La respuesta es siempre igual: ninguno.

¡Qué poco tiene que ver la vida de los sacerdotes con esa expresión que pretende hacernos ver que los curas viven como el Maharajá de Kapurthala!

Tengo la suerte de conocer a unos cuantos y de asomarme por la ventanita de la amistad a la realidad de sus vidas. En ninguno he visto ese “buen vivir” de la expresión sino una entrega total 24 horas al día al servicio de los demás, es decir, a nuestro servicio.

Y no sólo los sacerdotes en tierra de misión, o los párrocos rurales que atienden catorce pueblos o tantos que se dedican a los más pobres y marginados de la sociedad. Ante estos es fácil – inevitable diría yo- quitarse el sombrero. Yo me descubro ante los sacerdotes “normales y corrientes”, diocesanos, que prestan su servicio en las ciudades, en sus parroquias y movimientos. Esos que han entregado su vida en la sencillez de lo cotidiano, y que como “la mies es mucha y los obreros tan pocos” se inmolan de sol a sol para traernos la esperanza. Mañana en Madrid, el Cardenal ordenará a 12 nuevos sacerdotes. Jóvenes que se han atrevido a ir contracorriente y entregar su vida para, como dice un buen amigo seminarista, ser “servidores de vuestra alegría”.

1 comentario:

ViP dijo...

por eso veo que el tal refranero tal vez deba referirse a otro tiempo, pues para los que vemos hoy (quien se para a verlos) de sol a sol como dices habría que hacer un día otro refrán. R