"Si pasas... pisa... que a mi soledad tus huellas le marcan el camino!"
Así terminaba ayer y así necesito empezar hoy... hablando de huellas...
¡¡¡cuántas huellas hay marcadas en mi camino!!!
me siento afortunada...
hay pisadas leves, firmes, pisotones y zancadas... algunas son fieles y constantes, siempre están ahí... otras van y vienen... a ratitos aparecen y luego se van... Unas me marcan el camino con paso firme, otras me invitan a mirar atrás...
Algunas huellan salen corriendo y otras permanecen inmóviles para mirar sin ser vistas, congeladas en el tiempo dispuestas a conformarse con difrutar sólo de un momento... los hay que sólo pisan en el borde del camino, como si temieran molestar... ¿será que voy demasiado deprisa?
También hay surcos del viento, del propio tiempo que hace y borra, sana y cura, seca y reconstruye...
Hoy he descubierto las huellas de los que no ves... sólo percibes su rastro cuando se van.
Entonces te das cuenta de que estaban, de que hacían camino contigo y sólo cuando se van te das cuenta de que les vas a echar de menos...
Pero lo más importante que he aprendido hoy es que necesito todas esas huellas (también las tuyas) porque el camino se construye sólo si me ayudas... y mis huellas me parecen más mías cuando se confunden con las tuyas...
¿Paseamos?
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