Las huellas y los rastros que otros dejan me hacen a veces seguir caminos que no entraban en mis planes...
"La mayoría de la gente, para comer solos, no se cocinan. Pero cuando huelo la comida intuyo que varios se juntan a comer.intuyo que hay comunidad. Que se hablará. Se compartirá..." Gran verdad!!!
Sin embargo, la vida está llena de momentos que no terminan en sí mismos... incluso, como algunas comidas, parecen más sabrosos al día siguiente. ¿Será que a su sabor original se le añade el recuerdo?
Este fin de semana he escuchado algo así como "Es feliz quien es capaz de guardar en su corazón momentos de felicidad y saborearlos luego.."
De un rato -gran rato- de felicidad, el corazón de mi casa (mi mini-nevera) ha guardado este plato que hoy he disfrutado... mi corazón, mi alma está, gracias a Dios, mucho más llena de momentos de felicidad! Al mundo las "sobras" le suelen parecer algo para desechar y tirar a la basura... a mi... será por la nostalgia... siempre me han resultado deliciosas...
En el fondo me quedo con ganas de un bocata en el cesped y una siesta al calor de tu sombrita pero tiro de los trocitos de felicidad que guarda mi corazón y sigo guardando ganas para una horchata bien fresquita!
Si pasas... pisa... que a mi soledad tus huellas le marcan el camino!
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