miércoles, 30 de enero de 2008

Los zapatos




Dos vendedores de zapatos se encuentran en un pueblo de África. Uno es optimista y el otro es pesimista.

El pesmista dice:
- Aquí no hay nada que hacer. Todo el mundo va descalzo.

El optimista dice:
- Aquí hay un negocio seguro, nadie tiene zapatos
.


Un cristiano tiene que se realista, objetivo. Pero ser objetivo es contar, no sólo con mis posibilidades, sino con las posibilidades de Dios.

Y las posibilidades de Dios son infinitas.

El optimismo es el realismo para el cristiano.

Ante la marchad e nuestro mundo, ante el panorama que vemos a nuestro alrededor, quien no cuenta con Dios tiende a pensar:

- Esto no tiene remedio. Aquí no hay nada que hacer.

El que cuenta con Dios (y sabe que Dios cuenta con él), piensa:

- Esto está muy mal. Pero con Dios todo es posible. Aquí hay mucho que hacer. No hay nada imposible para Dios.

La primera actitud paraliza, la segunda estimula.

Hoy me "examino" a ver qué actitud suelo tomar.

Y tú ¿qué tiendes a pensar?

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De Colores

lunes, 28 de enero de 2008

¿Por qué las mujeres tardamos tanto en el baño?




Pido perdón por empezar la semana con esta frivolidad pero me ha llegado esto por correo y me ha hecho sonreir esta mañana. Y eso, los lunes a primera hora, tiene mucho mérito! (Gracias Marta)

Así que por fin llega, especialmente dedicado a los hombres que se esfuerzan por conocernos, comprendernos y querernos, la explicación de por qué tardamos tanto y vamos juntas al baño!


¿Por qué las mujeres están tanto rato en el lavabo público?

El gran secreto de todas las mujeres respecto a los baños es que de niña tu mamá te llevaba al baño, te enseñaba a limpiar la tabla del inodoro con papel higiénico y luego ponía tiras de papel cuidadosamente en el perímetro de la taza.
Finalmente te instruía: 'Nunca, nunca te sientes en un baño publico'

Y luego te mostraba 'la posición' que consiste en balancearte sobre el inodoro en una posición de sentarse sin que tu cuerpo haga contacto con la taza.
'La Posición' es una de las primeras lecciones de vida de una niña, súper importante y necesaria, nos ha de acompañar durante el resto de nuestras vidas. Pero aún hoy en nuestros años adultos, 'la posición' es dolorosamente difícil de mantener cuando tu vejiga está a punto de reventar.

Cuando 'tienes que ir' a un baño público te encuentras con una cola de mujeres que te hace pensar que dentro está Brad Pitt. Así que pides la vez y esperas paciente, sonriendo amablemente a las demás mujeres que también están discretamente cruzando piernas y brazos. Es la posición oficial de 'me estoy meando'.




Finalmente te toca tu turno, pero siempre llega la típica mamá con 'la niña pequeña que no se puede aguantar más' y aprovechan para saltarse ambas la cola con todo el morro!. Entonces verificas cada cubículo por debajo para ver si no hay piernas. Todos están ocupados. Finalmente uno se abre y te lanzas casi tirando a la persona que va saliendo. Entras y te das cuenta que el picaporte no funciona (nunca funciona); no importa...


Cuelgas tu bolso del gancho que hay en la puerta, y si no hay gancho (nunca hay gancho), inspeccionas la zona, el suelo esta lleno de líquidos indefinidos y no te atreves a dejarlo ahí, así que te lo cuelgas del cuello mientras miras como se balancea debajo tuyo, sin contar que te desnuca la correa, porque el bolso está lleno de mierdas que fuiste metiendo dentro - la mayoría de las cuales no usas, pero que las tienes por si acaso - ..

Pero volviendo a la puerta... como no tenía picaporte, solo tienes la opción de sostenerla con una mano, mientras que con la otra de un tirón te bajas las bragas y tomas 'la posición'... Alivio......


AAhhhhhh....por fin... Ahí es cuando tus muslos empiezan a temblar.... por que estás suspendida en el aire, con las piernas flexionadas, las bragas cortándote la circulación de los muslos, el brazo extendido haciendo fuerza contra la puerta y un bolso de 5 kgs. colgando de tu cuello.

Te encantaría sentarte, pero no tuviste tiempo de limpiar la taza ni la cubrirte con papel, interiormente crees que no pasaría nada pero la voz de tu madre retumba en tu cabeza 'jamás te sientes en un water público!', así que te quedas en 'la posición' con el tembleque de piernas, entonces por un fallo de cálculo en las distancias una salpicada finíiiiiisima del chorro te salpica en tu propio culo y que ¡¡¡te moja hasta las medias!!! Tienes suerte si no te mojas tus propios zapatos, y es que adoptar 'la posición' requiere una gran concentración.

Para alejar de tu mente esa desgracia, buscas el rollo de papel higiénico peroooo, ¡joooooder...! el rollo esta vacío...! (siempre) Entonces suplicas al cielo que entre los 5 kgs. de trastos que llevas en el bolso haya un miserable kleenex, pero para buscar en tu bolso tienes que soltar la puerta, dudas un momento, pero no hay más remedio.y en cuanto sueltas la puerta, alguien la empuja y recibes un portazo que tienes que frenar con un movimiento rápido y brusco, si miramientos o todo el mundo te vera semi sentada en el aire con la bragas por la rodilla ¡¡NO!! Entonces gritas ¡¡¡O-CU-PA-OOOO !!!', mientras continúas empuja ndo la puerta con tu mano libre, das por hecho que todas las que esperan en el exterior han oído tu mensaje y ya puedes soltar la puerta sin miedo, nadie intentará abrirla de nuevo, (en eso las mujeres nos respetamos mucho) y te dispones a buscar tu keenex sin agobios, te gustaría usar más de uno pero sabes lo valiosos que son en casos similares y te apañas con uno por si acaso.

En ese preciso instante se apaga la luz automática del baño, en un cubículo tan reducido no puede ser tan difícil encontrar el interruptor! das la luz de nuevo con la mano del kleenex por que la otra sigue sujetando tus bragas, vas contando los segundos que te quedan para salir de allí, sudando por que llevas el abrigo puesto ya que no hay perchero, y es que, hay que ver el calor que hace en esos sitios tan pequeños y en esa posición de fuerza en la que sigues, con los gemelos a punto de estallar.


Sin contar el cabreo que llevas por el portazo, el desnuque con la correa del bolso, el sudor que corre por tu frente, la salpicada del chorro en las piernas y en las medias, que todavía están mojadas... el recuerdo de tu mamá que estaría avergonzadísima si te viera así; porque su culo nunca tocó el asiento de un baño público, porque francamente, 'tu no sabes qué clase de enfermedades podrías agarrar ahí'.

Pero la debacle no termina... estás exhausta, cuando te pones de pie ya no sientes las piernas, te recolocas la ropa rápidamente y tiras de la cadena ¡sobretodo! Si no funciona preferirías no salir jamás de ese baño ¡qué vergüenza! entonces sales al lavamanos. Todo esta lleno de agua así que no puedes soltar el bolso ni un segundo, lo cuelgas al hombro, no sabes cómo funciona el grifo con los sensores automáticos así que tocas hasta que sale un chorrito de agua fresca, y consigues jabón, te lavas en una posición de jorobado de Notredame para que no se resbale el bolso desde tu hombro y acabe en la pica del baño bajo el chorro automático, el secador de aire es un trasto inútil así que acabas secándote las manos en tus pantalones, por que no piensas gastar otro kleenex para eso! y sales pasando junto ala línea de mujeres que aún están esperando con las piernas cruzadas y en estos momentos eres incapaz de sonreír cortésmente, consciente de que has pasado ahí una eternidad.

Tendrás suerte si no sales arrastrando un trozo de papel higiénico pegado a tu zapato del largo del río Mississippi, o peor aún, con la falta arremangada pillada por tus medias que te subiste a la velocidad de la luz y enseñando el culo! Lo juro, a mi me pasó y no soy la única, me consta!


. y sales.


En este momento ves a tu chico que ha entrado, usado y salido del baño de hombres y que tuvo tiempo de sobra para leer Guerra y Paz mientras te esperaba. '¿Por qué tardas tanto?' te pregunta irritado.

'Había mucha cola' te limitas a decir.

Y esta es la razón por la que las mujeres vamos en grupo al baño, por solidaridad, ya que una te aguanta el bolso y el abrigo, la otra te sujeta la puerta, otra te pasa el kleenex por debajo de la puerta y así es mucho más sencillo y rápido ya que tú solo tienes que concentrarte en mantener 'la posición'. y la dignidad.

Esto esta dedicado a las mujeres de todas partes que han tenido que usar un baño público.
Y finalmente os explica a vosotros, hombres, porqué nosotras tardamos tanto.


Ale... que tengáis una semana....

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De Colores

lunes, 21 de enero de 2008

La Tapia




Comparto con vosotros una parábola de esas con las que el Señor sigue hablándonos en el siglo XXI y que a los duritos de mollera tanto bien nos hacen.

Ayer escuché a un sacerdote explicar que el pecado es como una tapia...

Cuando en el camino de nuestra vida nos encontramos con una tapia, a veces nos quedamos parados, bloqueados... no vemos más allá de ella... y no somos capaces de saltarla, ni escalarla ni treparla...

A menudo, cuando me encuentro con una tapia, me dedico a darme cabezazos y me hago daño...

Otras, cual adolescente antisistema, me dedico a hacer pintadas reivindicativas...

Contaba este sacerdote -digo que lo decía él por distanciarme del comentario ;-). Decía (el sacerdote, insisto) que hay quien en las tapias se dedica a hacer pis...

Tambíén la tapia puede usarsepara jugar al frontón, contar para el escondite o lanzarse unos sobre otros al más puro estilo churro va!

Son muchas las cosas que se pueden hacer... tantas que uno llega a olvidarse que iba en camino... con un rumbo fijo y la ilusión por encontrar las maravillas prometidas...

Yo... llego a la tapia y me olvido hasta de que estaba paseando...

Decía este sacerdote que esa tapia es el pecado... y que a veces vivimos la fe centrados en la tapia... en la nuestra y en la de los demás...

Mi pecado pa arriba, mi pecado pa abajo... el pecado de los demás pa arriba, pa abajo... Además, generalmente el segundo nos parece más grave y llamativo que el primero

Yo me he dado cuenta de que ando dandome cabezazos con una tapia y haciéndome daño... y contribuyendo con mis propios ladrillos, piedrecillas y argamasas a fortalecerla incluso a elevarla aún más...

De peregrina a albañil y casi sin darme cuenta... que cosas, verdad?

Me recordaba este sacerdote que al final del camino lo que hay es más grandioso que el Everest! Nos queda camino hasta que lleguemo (o no)... pero ya podemos gozarnos y regocijarnos en la maravilla del paisaje coronado por lo más grande de la naturaleza...

Nos invitaba a olvidarnos de la tapia... dejarla a un lado, rodearla... (ya nos ocuparemos -si tenemos que hacerlo- de ella)

Ya veremos que pasa con la tapia... igual se cae... igual la tiran... igual disfrutando del Everest aprendemos a escalar... igual nunca volvemos al camino tapiado...



Ese Everest es Dios... Su inmenso Amor...

Vivir la Gracia, de la Gracia y en la Gracia... Acoger y disfrutar del Don de Dios!

No sé... a mi me ha ayudado mucho y aquí me tenéis... intentando andar hacia los lados para rodear la tapia y dejar de perderme tantas cosas maravillosas que hay en mi vida!

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De Colores

martes, 15 de enero de 2008

Cristiano-Cristo-Cruz



Últimamente pienso muchas veces que debería haber estudiado filología o clásicas porque aunque puedan parecer juegos de palabras, verdaderamente es que encuentro en las palabras Palabra Viva.

Estos días me acompaña darme cuenta de que nos llamamos, nos llaman, me llamo! Cristianos.

Los seguidores de Jesús de Nazaret nos podríamos haber llamado de cualquier manera derivada del mismo nombre de Jesús, Nombre-sobre-todo-nombre o de alguna manera relacionada con la Resurrección y no... nos llamamos cristianos.

No creo en las casualidades y la experiencia me dice que el Espíritu Santo no deja esas cosas a la moda o la casualidad.

Permitidme la aparente trivialidad en el tono pero yo, normalmente, voy con Jesús Resucitado... me mola el Señor triunfante, venciendo al mundo, al pecado y a la muerte... Me quedo con la Vida Nueva que me regala y, además, no siempre la agradezco... y así vivo, tan contenta, llamandome cristiana pero sin más cruz que la que llevo en el cuello y la que desde el bolsillo me sostiene y me recuerda que el Señor cuenta conmigo y yo con Su Gracia.

Estos días me devuelven a la verdad del Evangelio: la cruz. La bendición de los amados por el Padre, el verdadero regalo de ser-Cristo y por Él y con Él vivir su misma vida.

Ando estos días pidiéndole a Dios que me enseñe a vivir y gozar la Cruz desde la esperanza, que me enseñe a vivir el sufrimiento con madurez y confianza y dándole las gracias por ser CRISTiana... aunque me duela...


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De Colores

sábado, 12 de enero de 2008

El síndrome de la clase de inglés



Me resulta obligado pedir perdón por la ausencia y el silencio de los últimos tiempos... me gustaría entonar un "no volverá a pasar" pero no está bonito mentir a conciencia y me temo que este camino va a distanciar mis huellas...

"Motivos ajenos a nuestra voluntad" como dicen las compañías importantes cuando van a lavarse las manos después de tres horas de retraso...

Así son las cosas... es lo que toca y prefiero quedarme con la capacidad de disfrutar de lo poco a sucumbir al Síndrome de la clase de inglés.

Esta expresión, de acuñación casera, vamos una invención pura y dura me sirve para lo que me pasa con muchas situaciones, muchas cosas y demasiadas personas...

Es lo mismo que me pasaba de pequeña.

Mis padres se empeñaban en apuntarme a clases de inglés extra-escolares durante el recreo de mediodía, vamos, durante El Recreo!

Esa hora mágica de cada día donde se cocía lo verdaderamente importante del colegio: 4ºA ha vuelto a arrasar a 4ºB al baloncesto, los polis han vuelto a perder frente a los cacos o Fulanita de Copas ha batido el record mundial de cuerda doble...

El caso es que yo... un día me quedaba jugando, otro la comida se me hacía bola y no llegaba a tiempo, otro estaba de "visita" en el despacho de la directora para explicarle, más bien dar explicaciones, sobre la última hazaña que se nos había ocurrido y no habíamos conseguido frenar en nuestras cabezas...

Vamos... que cuando me quería dar cuenta llevaba tres semanas sin pisar la apasionante clase de inglés... y entonces... simple y llanamente me daba vergüenza volver...

Pues eso... este post intenta vencer ese Síndrome respecto a este ciber trocito de mi...

No prometo volver puntual a la cita... sucumbiré una y mil veces porque tendré un importante torneo de canicas, hará bueno y mi naturaleza fotosintética necesitará unas horas de sol y patio o estaré castigada por alguna trastada...

Pero volveré siempre que pueda... es todo a lo que me puedo comprometer... y no estoy comprometida a comprometerme más de lo que puedo.

Me comprometo a volver y a compartir con quien quiera mi dolor de pies, mi cansancio del camino, los baches, los obstáculos, los paisajes y las personas que me voy cruzando...

Pero, por encima de todo, seguiremos compartiendo la apasionante vivencia de ser peregrina en la vida diaria.

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De Colores