martes, 8 de julio de 2008

Cuando mayo llega en julio...



Aunque este año ha andado el tiempo muy revuelto no pretendo hacer una disertación sobre el cambio climático ni nada por el estilo, pero no puedo por menos que darle gracias al Señor por poner flores en mi julio caluroso y pesado que me ha sorprendido con el pie cambiado y el armario vacío.

Esta mañana, el buen hombre que arregla los adornos florales en la Iglesia de la Santa Cruz de Calatrava, ha tenido a bien regalarme unas flores que le "sobraban"... son esos pequeños detalles del Señor que me arrancan una tonta sonrisa enamorada y que me alegran el día.

Estas flores, regaladas por el Señor, se han unido a otras flores regaladas por el mayor regalo del Señor en mi vida y se colocan en el jarrón de la gratitud de mi corazón para elevarse en alabanza y sonrisa que, nervios a un lado, se dibuja hoy en mi cara.

Gracias por poner flores en mi vida. Que mi gratitud no se marchite con ellas y sea capaz, aunque sea desde el recuerdo, de seguir sonriendo enamorada y agradeciendo a la vida todos los regalos que me hace...

<><


De Colores


PD: La foto no hace justicia ni puede compartir con vosotros el aroma que hay hoy en mi despacho.

1 comentario:

Borja dijo...

¡Qué bonito! Lo que has escrito...

Fue una pasada lo del señor de las flores en la iglesia...

Gracias por estar siempre ahí, gracias por estar siempre aquí, gracias por estar...

tq