lunes, 15 de diciembre de 2008

Por correo



La semana ha empezado con una grata sorpresa en mi buzón. ¡El primer christmas, vamos, la primera felicitación navideña! ¡Qué ilusión comprobar que no era de El Corte Inglés, ni del banco ni de ninguna tienda que, con la excusa de felicitarme “las fiestas”, me recuerda que sus ofertas son las mejores en perfumes, discos o corbatas! Se me iluminó la cara al ver el sobre escrito a mano, con un sello (de esos que dan ganas de coleccionar) con su correspondiente matasello y todo.

Al sacar la tarjeta me llené de purpurina y pequeñas estrellas de colores que se habían desprendido porque, para rizar el rizo, no era una tarjeta pre-escrita, sino una cartulina dibujada, decorada y escrita a mano especialmente para mí por alguien mayor de 12 y menor de 65 años. ¿No es para maravillarse?

En medio de todos esos montones de felicitaciones que se envían entre las secretarias en estos días, eso sí, a nombre de unos jefes que como mucho verán una lista de los que se han acordado de ellos; en una de esas sacas ha viajado este trocito de cariño que desayuné el martes.

¿Por qué no abarrotar los árboles y belenes de cartulinas cariñosas en lugar de atestar los ordenadores con correos electrónicos en cadena reutilizados de años anteriores? (De los sms masivos ni hago comentarios.) No sé si seré capaz pero me gustaría resistirme a la tentación de dedicar el fin de semana a “adelantar compras” y enviar –por correo- mi deseo de que los que quiero vivan una Feliz Navidad.


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De Colores

2 comentarios:

Pacopuu dijo...

Talita, yo soy de los de los esemeses masivos ... aunque he de decir, que al menos no son los típicos, yo felicito la Natividad, porque no me sale felicitarme de otra cosa.

Feliz Navidad.

Javier.

Anónimo dijo...

Es ponerme en evidencia, porque bien sabes que ni sms, ni mail, ni cartita-xmas ni de lejos... Pero espero que haya felicitación personal!

Y para todos los demás q leen y no me veen ni me verán: FELIZ NAVIDAD!