martes, 9 de diciembre de 2008

Una voz grita: "En el desierto preparad un camino al Señor"



Los grandes hallazgos se me descubren, casi siempre, en las pequeñas cosas. Así me ha ocurrido esta semana en la misa del domingo y hoy, el Señor me vuelve a regalar la misma lectura. Así que, aunque tengo muuuuchaaaas cositas que contar y compartir y más que pisar, tengo la tentación de zapatear en el camino, empiezo por esto.

Siempre he pensado que se debería hacer más hincapié en que la Palabra de Dios sea proclamada, no simplemente leída, en las celebraciones. Cuántas veces leemos y mal y no sólo en los ambones también nosotros mismos. Leo en diagonal y por encima y así me pasa que no me entero de nada.

Siempre había pensado que la frase era "Una voz clama en el desierto: Preparad los caminos al Señor." El sábado escuché la proclamación de la verdad:

Una voz grita: "En el desierto preparad un camino al Señor".

Puede parecer una tontería pero es un giro de 180 grados. No es que una voz en el desierto me grite desesperada que prepare los caminos al Señor. Sino una voz, que me urge a preparar EN el desierto UN camino al Señor, porque va a venir al desierto.

Sé que no he descubierto América pero ha caído una gota de rocío en la sequedad.

No os quedéis aquí y disfrutad de la lectura entera porque quizá es en la estepa donde tienes que allanar una calzada, quizás tienes que levantar un valle o abajar un monte, enderar lo torcido o igualar lo escabroso. Cada uno tenemos nuestro propio to-do en este Adviento porque lo que es seguro es que se revelará la Gloria del Señor y todos juntos lo veremos.


Lectura del libro de Isaías 40, 1 -11

«Consolad, consolad a mi pueblo -dice vuestro Dios-; hablad al corazón de Jerusalén, gritadle, que se ha cumplido su servicio, y está pagado su crimen, pues de la mano del Señor ha recibido doble paga por sus pecados.»

Una voz grita: «En el desierto preparadle un camino al Señor; allanad en la estepa una calzada para nuestro Dios; que los valles se levanten, que montes y colinas se abajen, que lo torcido se enderece y lo escabroso se iguale.

Se revelará la gloria del Señor, y la verán todos los hombres juntos -ha hablado la boca del Señor-.»
Dice una voz: «Grita.»
Respondo: «¿Qué debo gritar?»
«Toda carne es hierba y su belleza corno flor campestre: se agosta la hierba, se marchita la flor, cuando el aliento del Señor sopla sobre ellos; se agosta la hierba, se marchita la flor, pero la palabra de nuestro Dios permanece por siempre.»

Súbete a un monte elevado, heraldo de Sión; alza fuerte la voz, heraldo de Jerusalén; álzala, no temas, di a las ciudades de Judá: «Aquí está vuestro Dios.

Mirad, el Señor Dios llega con poder, y su brazo manda. Mirad, viene con él su salario, y su recompensa lo precede. Como un pastor que apacienta el rebaño, su brazo lo reúne, toma en brazos los corderos y hace recostar a las madres.»

Palabra de Dios


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De Colores

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias Plum, como siempre un placer que el Señor te haya escogido como intrumento para recordarme que tengo que preparar el camino al Señor para que llegue a mi desierto y lo convierta en un vergel. Espero que estes mejorcilla de tus dolores. Un besote! Y feliz caminar!

Talita Plum dijo...

El Papa ha dicho esta semana:

"Dios viene al mundo entero para anunciar la salvación: “Dios mismo ha venido a habitar en medio de esta humanidad decaída para renovarla desde dentro. (…) Hoy se eleva la voz de la Iglesia por los pueblos agotados por la miseria y el hambre, por las multitudes de prófugos, por cuantos sufren graves y sistemáticas violaciones de sus derechos. La Iglesia se pone como centinela sobre el monte alto de la fe y anuncia: Ahí está vuestro Dios. Ahí viene el Señor con poder”.

(Discurso pronunciado durante el rezo del Angelus, domingo 7 de diciembre)